Al salir de la universidad se dirigió a iniciar los preparativos y a llevar documentos sobre Omicron y Sigma. Mientras buscaba en estos, se encontró con una sección de cuentos que estaban en muy mal estado pero recordo eran legibles vio la leyenda en la que una niña robot se preguntaba el porque al ser similar a un humano no podia ser vista por igual ante la sociedad, y Bell se preguntaba si esa niña en realidad existío, y de ser asi porque todo seguia igual, porque la universidad tenia que estar oculta ante los ojos de la humanidad, tanto le temían a los robot aún, porque si les temian tanto aun los enviaban a rescatar a la humanidad, pero esas cosas ya cambiaron... o no.
Al llegar al puerto espacial buscó el andén del que saldría. En el camino se encontró con el embajador de Ómicron que al parecer se había enterado de que Bell se dirigía hacia allá, Bell lo vio y lo saludo amablemente.
-Embajador, un placer el verle.
El embajador que era más pequeño de estatura que la media poblacional, tenia el cabello con un corte al estilo militar, llevaba un traje oscuro con la bandera de Ómicron cerca de la bolsa derecha de su saco, tenia una cicatriz cerca de la sien en forma linear. Se veía que era un hombre duro y de carácter hostil.
-Robot, ¿Quién le dio permiso de dirigirme la palabra?.
-Embajador aqui en la Tierra los Robots somos tratados por igual, como un humano trata a otro humano, y se nos llama por nuestro nombre, mi nombre es Bell Sullivan.
-¡Bah! ¡Tonterías! En la tierra les hacen pensar eso para que sigan realizando el trabajo sucio.Pero en el fondo aun les tienen resentimiento, o no Robot, acaso nunca te has preguntado el porque la Universidad solo la conocen personajes importantes, y porque se mantiene tan secreto ante la sociedad, o mejor dicho como una leyenda del gobierno sabes, en la antigüedad sabias que en la tierra utilizaron a los robots como esclavos, pero espera aun siguen siendo esclavos, no espera, aun los utilizan como se decía en la antigüedad oh si, carne de cañón, así que no vengas con tonterías de que son iguales.
-Le recuerdo que mi nombre es Bell Sullivan embajador, y lo que me acaba de comentar me hace pensar en una serie de preguntas que me gustaría hacerle. Imagino que se dirige a Ómicron en el crucero interestelar a bordo del Leviatan.
-Mi querido Robot estaré contento de tenerlo en mi camarote, lo espero a la hora de la comida, si es que come algo Robot.
Bell asintió con la cabeza y ambos personajes se despidieron para dirigirse al Leviatan.